San Sebastian (Pais vasco)
En el dedal ---> Playa de la Concha
- Playa de la Concha: es una de las playas urbanas más famosas de España. Tiene una longitud de 1350 m y una anchura media de 40 m. Al igual que las otras dos playas, su arena es fina. Consta de 38 duchas, alquiler de toldos y sillas de playa y duchas y vestuarios. Próximo a la playa hay un parking. En la playa se encuentran el balneario de La Perla, la antigua Casa Real de Baños y el Real Club Náutico, edificios que, junto con la famosa barandilla, las elegantes farolas, dos grandes relojes de principios de siglo y el Palacio de Miramar, que la cierra por el oeste.
- Iglesia de San vicente: Ubicada en plena Parte Vieja, la Iglesia de San Vicente es el templo más antiguo de la ciudad. Construida durante la primera mitad del siglo XVI bajo el estilo gótico, en su interior se esconde uno de los mejores retablos del románico, obra de Ambrosio de Bengoechea y Juan de Iriarte.
- Basilica de Santa Maria: es una impresionante obra barroca del siglo XVIII que preside la calle Mayor en plena Parte Vieja donostiarra. De esta obra de arte destacan la fachada barroca de matiz churrigueresco, presidida por una escultura de San Sebastián Martir y el retablo mayor dedicado a la Virgen del Coro, patrona de la ciudad. Junto a la pila bautismal, se puede contemplar una escultura en forma de cruz de Eduardo Chillida. La Basílica se construyó entre 1743 y 1774, sobre la planta de un templo anterior que ocupaba el mismo espacio. La puerta principal coincide en línea recta con la entrada a la Catedral de El Buen Pastor.
- Catedral del Buen Pastor: Construida en el siglo XIX, inaugurada en 1897, su estética de estilo ojival está inspirada en las iglesias medievales de Alemania y Francia. Prueba de esa inspiración es la afilada aguja que corona el edificio y que le proporciona la categoría de “el más alto de San Sebastián”. En su fachada principal, destaca “La Cruz de la Paz”, obra del escultor Eduardo Chillida. Con sus 1.915 metros cuadrados es la iglesia de mayor tamaño de toda la ciudad. La Catedral se construyó con pizarra y piedra del Monte Igeldo.
- Ayuntamiento: El actual Ayuntamiento de San Sebastián fue, desde su inauguración el 1 de julio de 1897 hasta su cierre en 1924, por la prohibición del juego, sede del Gran Casino de San Sebastián. Con sus ruletas y en su Salón de Baile, actualmente Salón de Plenos, se entretenían políticos, escritores y artistas de la Belle Epoque. El 20 de enero de 1947 se convirtió en la Casa Consistorial de la ciudad, que cambió su sede desde la Plaza de la Constitución. En plena bahía de La Concha, con el incesante ambiente de la Parte Vieja a sus espaldas y con la tranquilidad de los jardines de Alderdi Eder de frente, el Ayuntamiento es sin duda un punto de parada obligatoria.
- Palacio de Miramar: fue creado para las estancias veraniegas de la la reina María Cristina y la Familia Real, que decidió instaurar el veraneo real en San Sebastián, a partir del año 1887. Son impresionantes sus vistas sobre las dos playas de la bahía y la Isla de Santa Clara, que se encuentra justo enfrente.
- El sagrado corazon: Custodiando la ciudad, desde la cima del monte Urgull, la escultura Sagrado Corazón se sumerge en el paisaje donostiarra. La obra, realizada por el artista Federico Coullaut en 1950, mide más de 12 metros de altura y se ve a una distancia de 4 millas desde el mar.
- Monte Urgull: El Castillo de la Mota, en lo alto del monte, construido en el siglo XII fue pieza clave de la defensa de la villa, y a su alrededor aún pueden apreciarse los cañones y las aspilleras defensivas, así como la Casa de la Historia, el museo que relata la historia de la ciudad. El Cementerio de los ingleses, en la ladera norte del monte, testifica el paso de los ingleses por San Sebastián.
- Cristina Enea: Ubicado junto al edificio Tabakalera, muy cerca de la Estación del Norte, con sus 94.960 metros cuadrados, Cristina Enea es el sitio perfecto para desconectar del ajetreo de la ciudad sin salir de ella.
El exotismo de sus árboles, el romanticismo que proporcionan los cisnes y los pavos reales que lo habitan, la arquitectura de su edifico central,, nos recuerdan que este parque fue un oasis de paz, un regalo que hizo el Duque de Mandas a su mujer. El diseño del parque corrió a cargo de Pierre Ducasse, autor del jardín del Palacio de Miramar y de la Plaza de Gipuzkoa. - Etc.
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